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Infartos cerebrales: principal causa de muerte en siete países africanos

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En los años recientes, el continente africano ha experimentado un preocupante incremento en los casos de apoplejías, también referidas como accidentes cerebrovasculares. Este problema de salud ha pasado a ser la causa de muerte más común en diversas naciones del continente, sobrepasando a otras enfermedades que históricamente eran más comunes. De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), siete países de África han reportado índices de mortalidad por apoplejía superiores a 50 por cada 100,000 personas, colocando a esta afección como la razón principal de fallecimientos en esos lugares.

Peligros potenciales y falta de diagnóstico

El incremento de episodios de accidentes cerebrovasculares en África se debe a diversos elementos. Sobresalen entre estos la presión arterial alta, la diabetes, el hábito de fumar, el abuso de alcohol y el sobrepeso. Estos riesgos, junto con hábitos de vida poco saludables y la carencia de acceso a servicios médicos de calidad, han influido de manera notable en el aumento de esta afección.

Además, el subdiagnóstico juega un papel crucial en la magnitud del problema. En muchas regiones africanas, la falta de recursos para realizar diagnósticos precisos y la escasez de profesionales de la salud capacitados han llevado a que muchos casos de infartos cerebrales no sean detectados a tiempo. Esto retrasa el tratamiento y aumenta las probabilidades de complicaciones graves o incluso la muerte.​

Repercusiones sociales y económicas

Las repercusiones de los accidentes cerebrovasculares en África superan la esfera de la salud personal. Aquellos que logran superar un accidente cerebrovascular a menudo lidian con discapacidades duraderas, como parálisis, problemas de comunicación o dificultades cognitivas. Estas consecuencias disminuyen su calidad de vida y su habilidad para desempeñarse laboralmente, lo que afecta de manera negativa las economías locales.

Además, las familias deben asumir los costos de atención médica y rehabilitación, que en muchos casos son prohibitivos. Esto genera una carga económica significativa, especialmente en países donde los sistemas de salud pública son limitados y la cobertura de seguros médicos es escasa.​

Iniciativas para la prevención y tratamiento

Ante esta creciente amenaza, diversas organizaciones y gobiernos africanos están tomando medidas para abordar la crisis de los infartos cerebrales. Se están implementando programas de concientización para educar a la población sobre los factores de riesgo y la importancia de llevar un estilo de vida saludable. Asimismo, se están estableciendo unidades especializadas en hospitales para el tratamiento y rehabilitación de pacientes que han sufrido un infarto cerebral.​

No obstante, todavía hay mucho trabajo por delante. Es crucial que las autoridades en África destinen recursos a capacitar a los trabajadores de salud, a optimizar las infraestructuras médicas y a impulsar políticas que promuevan la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles. Únicamente mediante un esfuerzo colectivo se logrará disminuir la frecuencia de los ataques cerebrales y mejorar el bienestar de los habitantes africanos.

Por Otilia Adame Luevano

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